Un caluroso 21 de Mayo realizamos una variada excursión a través del AMPA CRA La Raya. El autobús nos recogió en Villar de Ciervo sobre las 10 de la mañana. Éramos 20 personas (entre padres e hijos).
Nos desplazamos hasta San Felices de los Gallegos, empezamos visitando el castillo con su majestuosa torre del homenaje (siglo XIV), sin duda el símbolo de San Felices. Cuenta con un aula interpretativa que nos permite conocer de manera gráfica y amena la evolución histórica de este monumento. El aula se distribuye en las tres plantas que ocupan el interior de la torre, a las cuáles se accede siguiendo la peculiar escalera en piedra original del castillo. La terraza nos ofrece una vista excepcional del paisaje de los alrededores y de los recintos fortificados.
Continuamos paseando por esta villa acercándonos al museo de la cantería, el edificio que alberga la exposición está realizado por los canteros de la localidad. Está distribuido en tres plantas, la baja se centra en la identidad del granito, la primera planta presenta el trabajo de los canteros y la segunda acoge un documental sobre las construcciones que puedes ver alrededor del pueblo. Un recorrido desde el origen del granito en el interior de la tierra hasta su destino en las edificaciones.
Dirigiéndonos nuevamente al autobús nos sorprende la presidenta del AMPA, Mª Carmen Plaza López, con el ofrecimiento de una visita al Museo del Aceite “El lagar del mudo”, el cuál aceptamos unánimemente. Y todos nos alegramos de esta decisión por que el museo es una maravilla de visita. Podemos admirar el laborioso proceso que convierte las aceitunas en aceite. Los lagares de recogida inicial, las enormes muelas de piedra que movidas por animales de carga machacaban las olivas, así como el complejo sistema de prensado que nos ofrece el resultado final de nuestro apreciado aceite de oliva. También cuenta con multitud de curiosos objetos relacionados con el aceite y su extracción.
Volvemos al autobús y nos dirigimos a Aldeádavila de la Ribera, concretamente al embarcadero. Antes de llegar a nuestro destino el conductor nos da la mala noticia de que no puede llegar hasta la zona de embarque, pues se va estrechando la carretera y le sería imposible realizar el cambio de sentido. Debido a este inconveniente nos vemos obligados a dar un paseo por una curiosa pendiente que nos deja un recuerdo en muslos y gemelos en forma de agujetas y una preocupación sobre la subida que nos espera al regreso, sobre todo pensando en los más pequeños. Disfrutamos de un rato libre que empleamos en comer y descansar un poco. A las 16.30h. empieza nuestro crucero por el Duero que comprende desde la Playa del Rostro hasta la Presa de Aldeádavila. Es una ruta guiada didáctica-medioambiental por los arribes del Duero. Descubriendo las aves que pueblan los cortados, sus nidos y costumbres. Pasamos un rato ameno admirando el ecosistema. Una maravilla visual entre buitres leonados, águilas reales y alimoches.
Al iniciar la temida subida nos sorprende gratamente comprobar que el conductor del autobús ha conseguido avanzar un buen trecho en nuestra dirección, por lo que nos evita un mal rato entre el excesivo calor y el desnivel que teníamos que salvar.
Finalizamos la excursión con una parada en las piscinas municipales de Aldeádavila disfrutando de unos helados.
En el viaje de vuelta nos acecha una gran tormenta con un impresionante aparato eléctrico, los truenos sonaban tan cerca de nosotros que, por un momento, pensamos que habíamos sido alcanzados por uno de los rayos.
Lo más destacable del día es la buena armonía que tenemos en general todos los integrantes del grupo, pensando que siempre debería ser así la vida.